Hoy os voy a contar el mito que se esconde detrás de mi escultura favorita, "El rapto de Proserpina" de Gian Lorenzo Bernini (1621 -1622, Barroco)
Proserpina/Perséfone era la bella hija de Deméter, la diosa de la fertilidad y la tierra, y de Zeus, rey de los Dioses. Cierto día, Afrodita mandó a su hijo Cupido a que le lanzase una flecha de amor a Hades, rey del inframundo, haciendo que se enamorase de Perséfone. Ella estaba en Sicilia, en el lago Pergusa, jugando con algunas de sus ninfas, cuando Hades surgió del volcán Etna y la raptó para casarse con ella. Hades era su tío, pues Zeus y Ceres eran sus hermanos.
Así fue como Perséfone se convirtió en la reina del Hades.
A raiz de este mito surgen dos más, en los cuales las nifas que jugueteaban con ella en el lago fueron convertidas en sirenas (en la versión de mujeres aladas) para ir a buscarla, o bien como castigo por parte de su madre por no haber impedido el rapto.
Ceres, que no encontraba a su hija, desatendió sus labores como diosa de la tierra y comenzó a vagar por el mundo para buscarla, dando pie al primer invierno. Cuando finalmente la encontró, esta ya había probado el grano de una granada (símbolo de fertilidad, fidelidad matrimonial y muerte) por lo que no podía abandonar el inframundo, ya que quién lo comiese quedaría atado al Hades de por vida.
Su madre acudió a Zeus, que llegó a un acuerdo con Hades ya que la situación era insostenible y convenieron que la joven pasaría una parte del año con él, y lo restante con su madre. Estas idas y venidas de Perséfone dieron lugar a las estaciones, ya que mientras la joven estaba en el inframundo, su madre se entristecía, y con ella la tierra, y cuando volvía a estar con ella, el mundo florecía.
Espectacular entrada, esta escultura tiene un valor incalculable y es también una de mis favoritas del barroco
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